Las 10 preguntas que nunca deberás formular al personal bibliotecario…

A priori, todo parece en calma y tranquilo en una biblioteca. Un ambiente agradable, unas personas usuarias respetuosas y un personal bibliotecario que transmite seguridad, confianza y paz. Ya casi se puede respirar el olor de la felicidad en la biblioteca. Pero existe algo que puede hacer cambiar todo esto. Una serie de preguntas que bajo ningún concepto se pueden realizar al personal bibliotecario, a no ser que se quiera que este remanso de paz se transforme en el mismísimo infierno.

Bien es cierto que el personal bibliotecario está para ayudar en las necesidades informacionales de las personas, pero es que hay preguntas a mala leche y que son disparadas con flechas envenenadas. Preguntas que los profesionales de las bibliotecas están ya cansados de escuchar y de tener que justificar cuando la (mínima) lógica da ya la respuesta. Aun así, son capaces de contar hasta diez y hacer que pase el momento lo antes posible manteniendo la calma y controlando el posible estrés.

No me refiero a preguntas generadas por puro desconocimiento, como pueden ser: «¿En las bibliotecas solamente hay libros?» (NO), «¿Cuánto vale llevarse un libro a casa?» (NADA), o «¿Clasificas los libros por colores y tamaños?» (NO, a través de la Clasificación Decimal Universal). No, no me refiero a esas preguntas… y dejaré a un lado (obviaré) preguntas como: «¿Por qué trabajas en una biblioteca? Con lo que tú valías», «¿Te encanta el silencio?» o «¿Por qué tienes esa cara de pocos amigos?».

Que sepas que, por lo general, el gremio bibliotecario son claros defensores de las bibliotecas y de la profesión. Así que, por favor, no cuestiones su trabajo ni su lugar de trabajo bajo ningún concepto. Sirva el siguiente listado como unas FAQs (preguntas frecuentes) a tener en cuenta para no realizar nunca y para conocer un poco más la profesión de bibliotecario.

1. ¿Para ser bibliotecario hay que estudiar?

¡Por supuesto! Existe una falsa creencia de que cualquier persona sin formación puede trabajar en una biblioteca. La gestión de la biblioteca implica que el personal bibliotecario tenga una serie de competencias y habilidades idóneas para prestar un servicio profesional de calidad.

2. ¿Y qué has estudiado: Bibliotecomanía, Bibliotelocomía, Biblioqué…?

Sí, es verdad. No te culpo de que la primera vez que escuchas la palabra «Biblioteconomía» te genere un cortocircuito en la cabeza y no sepas procesarla. Es así. Repite conmigo «BI-BLIO-TE-CO-NO-MÍA». Esta carrera universitaria implica que el estudiante esté formándose entre 3 y 5 años, como mínimo. Las bibliotecas son de máxima necesidad y utilidad y deben ser gestionadas por profesionales, de ahí la importancia de su formación. Por cierto, y para desmentir el mito, no hay una asignatura que enseñe mandar callar a las personas.

3. ¿Tu trabajo solamente consiste en vigilar la biblioteca, prestar libros y mandar callar a las personas sentado tras una mesa?

¡Qué poco conoces el trabajo del personal de biblioteca! Y, que conste, que no te culpo por ello. Quizás tu experiencia diaria haga que veas al bibliotecario sentado en su mesa de trabajo mirando a su alrededor para mantener la concordia y respeto entre personas que no se conocen de nada, además de hacer préstamos de libros. Pero que sepas que mientras realiza estas funciones está catalogando nuevos libros y gestionando reservas, está publicando y contestando en las redes sociales de la biblioteca, está resolviendo dudas y consultas que llegan a través del correo electrónico, está pensando y desarrollando actividades y nuevos servicios, etc.

4. ¿Te has leído todos los libros de la biblioteca?

¡Claro que no! El personal bibliotecario no tiene tiempo ni ganas de leerse todos los libros de la biblioteca. Cada persona tiene sus gustos lectores, y los bibliotecarios no son una excepción. De hecho, si se les ocurriera leerse todos los libros de la biblioteca necesitarían entre 5 y 10 vidas para hacerlo. En definitiva, no se han leído todos los libros… pero ayudan a que todos ellos sean utilizados y leídos por las personas usuarias de la biblioteca.

5. ¿Me puedes decir dónde está el libro rojo de este tamaño más o menos?

El personal bibliotecario no es adivino, aunque bien es cierto que su capacidad para localizar libros se puede calificar como sobrenatural. Puede que con las características que has proporcionado del libro que buscas existan al menos 500 títulos distintos en la biblioteca. Recuerda que el mejor descriptor a proporcionar para localizar el libro es su título.

6. ¿Esto no es una profesión de mujeres? ¿Y dónde está tu moño y tus gafas de pasta?

Sí, es verdad, es una profesión ocupada en su mayoría por mujeres, pero eso no significa que no puedan trabajar hombres en las bibliotecas. Queda extraño (muy raro) hablar de esto a estas alturas de la vida, pero todavía hay personas que clasifican los puestos laborales por género. Y, sin duda, no te atrevas a hacer esta pregunta a un bibliotecario. WTF! Al igual que si preguntas a una bibliotecaria que dónde está su moño y gafas de pasta. El cine hay hecho mucho daño a la profesión generando un estereotipo que no tiene que ver con la realidad actual.

7. Ya que trabajas en una biblioteca, ¿te importaría venir a poner orden a los libros que tengo en casa? Seguro que no te llevará mucho tiempo

Ahí la contestación tendría que ser: «¿Me vas a pagar por ello?» (a no ser que detectes que es una clara invitación a quedar contigo y a ti te apetezca, ya sabes que en las bibliotecas se liga mucho). Existen personas que no valoran la dedicación y esfuerzo del trabajo que se realiza. Y que conste que no las culpo, es algo generalizado en otras profesiones: ya que eres informático podrías formatear el ordenador de mi hijo, ya que eres electricista podrías cambiarme la lámpara del salón… Trabajar en una biblioteca no significa que en el tiempo libre se quiera seguir realizando funciones propias del puesto. Es más, muchos de estos profesionales no tienen ni organizadas sus bibliotecas personales. Como dice el refrán «En casa de herrero cuchillo de palo».

8. ¿Por qué no aceptas las 15 cajas de libros que te he traído a la biblioteca?

Las bibliotecas estarían encantadas de ampliar su colección, pero quizás esos libros que te quieres quitar de encima no reúnan las condiciones idóneas como para ello. Y, por cierto, el que sea antiguo el libro no significa que sea valioso. Existe un protocolo a la hora de aceptar donaciones en las bibliotecas… y no por cabrearte más o subir más el tono de voz va a cambiar la forma de proceder. Por favor, antes de llevar los libros a la biblioteca haz un listado con sus títulos para que el personal bibliotecario valore las donaciones y así no te des tú la paliza de ir cargado con todas las cajas a la biblioteca.

9. ¿Puedes vigilar a mi hijo? Voy a hacer la compra, ahora vengo

¡Por supuesto que no! La biblioteca no es una guardería ni una ludoteca. La biblioteca infantil es para aprovecharla y disfrutarla junto a tus hijos. Bien es cierto que hay menores de edad que pueden ir solos a la biblioteca (pienso en jóvenes de 12/13 años en adelante), pero hay otros que requieren el cuidado y vigilancia de sus padres o tutores. El personal bibliotecario no tiene por qué quedarse al cuidado de estos menores de edad en la biblioteca, ni tampoco ser su profesor particular ayudándole mientras con los deberes. Por favor, no pongas nunca en este apuro al personal bibliotecario por la posible confianza que tengas con él.

10. ¿Qué hace abierta la biblioteca si con Google y Amazon tenemos más que suficiente? Ya todo es electrónico y digital… ¡Todo está ahí!

Si piensas que Google y Amazon son sustitutos de las bibliotecas tienes un problema, y no las bibliotecas. Estoy más que seguro que no te gustaría vivir en un mundo sin bibliotecas (ni archivos, ya que nos ponemos). Sin bibliotecas no habría promoción cultural ni del conocimiento, estaría en entredicho el acceso a la información, no todas las personas tendrían las mismas oportunidades de acceso a la tecnología, habría una total desprotección y aumento de desigualdad social, existiría un gran caos informacional y de conocimiento, el acceso a la información sería de pago… Estos son solamente algunos de los motivos, para conocer el resto te sugiero que acudas más a las bibliotecas.

 

FUENTE: https://www.julianmarquina.es/las-10-preguntas-que-nunca-deberas-formular-al-personal-bibliotecario-a-no-ser-que-quieras-despertar-su-ira/