EL AJEDREZ DE MÓNICA SAVDIÉ

JUEVES 10 DE MAYO, 7:30 P.M.
BIBLIOTECA PILOTO DEL CARIBE
(Galería de la Aduana)
EL AJEDREZ DE MÓNICA SAVDIÉ
Otra Jugada Maestra

CON LOS AUSPICIOS DE LA CORPORACIÓN LUIS EDUARDIO NIETO ARTETA EN CONCERTACIÓN CON EL MINISTERIO DE CULTURA Y EL RESPALDO DE LA SECRETARÍA DISTRITAL DE CULTURA, PATRIMONIO Y TURISMO Y LA SECRETARÍA DE CULTURA Y PATRIMONIO DEL ATLÁNTICO.

Mónica Savdié, colombiana nacida en Bogotá, es periodista, narradora, artista plástica, diseñadora industrial, hija de padre egipcio y madre rumana, se inició por casualidad en el periodismo de aventura que la llevó a hacer parte y a contar el primer ascenso de un grupo de colombianos al monte Everest. Es autora de los libros La partida y Viajes paralelos. Además de esta obra que juega con el ajedrez y la realidad es autora también de la obra titulada Examen de visión 20/20, que trata de sobre la violencia en Colombia, y que fue expuesta en Barranquilla en la Universidad del Norte en 2016.

Jugada Maestra, se llama ahora este movimiento que vuelve a ejecutar la artista Mónica SavdiÉ sobre el tablero de ajedrez que ella ha elegido como territorio de su expresión creativa y crítica para redefinir este nuevo giro de su obra en Barranquilla, al pasar de la sala del Museo del Atlántico a la Galería de la Aduana. Ella ha logrado fundar un juego de álgidas significaciones plásticas, éticas y estéticas, teniendo como pretexto semiótico el antiguo juego en el que se simbolizaban en la edad media las grandes batallas políticas para dibujar ahora con él un nuevo plano de las difíciles circunstancias políticas y sociales de la realidad contemporánea. Del mundo y de nuestro país.

Como diría un historiador de este juego, en el ajedrez el azar no es suerte ciega, como en los dados; en el caso del ajedrez el azar es la incertidumbre. En la propuesta de Mónica sucede que uno (el jugador con el que ella juega, su oponente) cada vez que está frente a esa sumatoria de jugadas, que es su muestra, se asombra con cada giro semántico que ella logra con ese abecedario de fichas y tableros que todos conocemos pero con el que ella nos devela siempre desde el misterio un nuevo conocimiento.

Se trata de tableros de ajedrez intervenidos conceptualmente para ser convertidos en brillantes piezas metafóricas que en su conjunto conforman un profundo y sensible relato de los conflictos sociales y humanos contemporáneos, incluidos, por supuesto los de nuestra realidad nacional mediante dolorosas reflexiones forjadas a través de 10 años de investigación.

Al respecto dice la artista: “… Me di cuenta de cómo las noticias tienen con el tiempo una relación de inmediatez y de algo efímero. Su vida es muy breve, pero el arte perdura. Ese fue el punto de partida para plasmar historias que yo venía investigando desde una década atrás. Tenía una gran cantidad de información sobre temas sociales como el hacinamiento en la cárceles, el matoneo, la pederastia, la exclusión social, los indignados, y otros temas como la distribución de tierras, el cambio climático, la minería…y sentí que el ajedrez era un excelente lenguaje para plasmar temas que me inquietan. Busco los lenguajes apropiados y las herramientas adecuadas para expresar lo que quiero decir”.

En opinión del poeta y crítico de arte Juan Manuel Roca “La artista aborda desde una poética visual otras encrucijadas de nuestro conflicto. Acá se vale de un entrevero de figuras tridimensionales en un tablero de ajedrez, pero de la manera simplista que señala a este juego como una guerra simulada. Lo hace desde una feroz y a la vez delicada secuencia de analogías, con una curiosa, por escasa, mezcla de dos elementos que pocas veces se reúnen en la esfera de las artes: desenfado y sofisticación.”

Allí está también la clave de lo que sucede en esta exposición con cada pieza y en su totalidad: en virtud de esa delicada secuencia analógica que señala Roca, cada tablero resulta con una definición no sólo poética, como se supone que tiene que ser toda obra de arte, sino poemática, es decir, la artista logra esa estructura total que tiene un artefacto poético, un poema.

Miguel Iriarte
Director
Biblioteca Piloto del Caribe