En el marco de toda la gran oferta virtual de este carnaval 2021, sobresalen en la Galería de La Aduana las más interesantes fotografías del Carnaval tomadas desde la lente de uno de los más connotados profesionales de la imagen, Haroldo Varela Gómez, dotado de una gran libertad creativa con la que nos propone ángulos y formas que hace más vistoso el colorido de nuestra gran celebración. Varela es el continuador de una tradición de reciente data, en la que sobresalen Enrique García y Fernando Mercado, maestros del visionario estado de ánimo festivo local que hacen, con sus respuestas gráficas puntuales, una ampliación con forma de gran escuela en la que destacan muchos súbditos, uno de ellos es Varela -inigualable en su estilo y con marca registrada-, a quien conocimos a comienzos de los 80s, siendo acucioso estudiante de la facultad de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico. Allí mismo, en su galería presenciamos aquellos «Estudios de taller», como llamó Néstor Martínez a estas acuciosas muestras de talento de Vera Schmidt, Francisco Mármol, Rigoberto Rodriguez, Mariela Rocha y Gustavo Turizo quienes, con Varela, dieron muestras del «análisis y la aplicación del color, bajo la réplica del ensayo» como anunciaba la tarjeta de invitación.

Fuimos, sin proponérnoslo, en 1989, con Inés Ospino, Samuel Buelvas Ochoa y Ciro Iriarte Coley, los organizadores de la primera exposición individual de Haroldo Varela. Sucedió en el Taller de Arte El Patio, luego de una visita suya a un Salón Distrital de Artes en Bogotá, que cubrió con el más connotado profesionalismo y que expusimos en aquel sitio con el padrinazgo de don Germán Vargas, apoyo sustantivo de artistas y escritores a quien le debemos todos los honores. Luego de una minuciosa revisión, el maestro Germán aprobó sin reservas la calidad y la calidez de lo allí expuesto. De ese momento solo conservamos una fotografía, guardando la esperanza de que se conserven en el archivo de Haroldo las demás por él tomadas en aquella tarde inolvidada que ahora nos trae la brisa de nuestros mejores recuerdos. No nos distraigamos entonces. Estaremos acompañando en el surtidor estampado de flores dionisíacas de esta noche que es de guacherna a Haroldo, pues en la distracción que motiva el confinamiento obligado se confunde con las demás celebraciones.

Arriba el ánimo y las copas, porque ¡en Carnaval, todo pasa!

Álvaro Suescún Toledo