«Se escribe sobre el nazismo porque es una sombra que aún existe» – Bernhard Schlink
A Bernhard Schlink (Bielefeld, Alemania, 1944) las novelas casi siempre se le acaban enredado con el pasado hasta el punto de que, vuelta aquí vuelta allá, todo cuanto escribe se transforma en un nudo bien ceñido que sujeta con firmeza la historia alemana del siglo XX. Ocurrió con la cinematográfica «El lector» y ocurre también ahora con «Olga» (Anagrama), novela que reconstruye la historia germana y «las ansias de un país» a partir de las vivencias de una maestra de pueblo que sobrevive a las dos guerras mundiales, da la espalda al nazismo y acaba muriendo en extrañas circunstancias. «No se puede escribir sobre un personaje sin hablar de la historia. Yo, por lo menos, no lo sabría hacer. No puedo sentir si no me relaciono con mi tiempo», sostiene el escritor alemán.
Exmagistrado en la corte constitucional del estado federal de Renania del Norte-Westfalia y autor de la exitosa saga policíaca protagonizada por el detective Gerhard Selb, a Schlink le gusta mirar hacia atrás no tanto para ajustar cuentas como para comprobar que las cosas no siempre son lo que parecen. «Cuando revisamos un pasado complicado acabamos viendo que hay de todo y que ni los buenos son completamente buenos ni los malos son totalmente malos», apunta en referencia a las tinieblas del III Reich y el nazismo que se ciernen sobre parte de «Olga». «Se escribe sobre esa época porque es una sombra que aún existe, aunque ya no sea tan oscura como hace treinta o cuarenta años», añade.
Los errores del pasado
Ahora, construida casi de manera inconsciente como un positivo de esa guardiana de la SS que protagonizó «El lector», Olga tiene algo de luz entre los nubarrones. «Pertenece a una generación de mujeres que vivió por debajo de sus capacidades. También es como una “outsider” de la sociedad, una observadora que lo ve todo con claridad», explica. Schlink, apasionado de los personajes femeninos «fuertes e interesantes» que dibujaron autores como Theodor Fontane en el siglo XIX, explica que su Olga no «logra no participar de los errores de su tiempo», aunque sí se acabará enamorando del hombre equivocado, un joven aventurero que se acaba esfumando entre las guerras coloniales y una expedición polar. «Él es fruto de los errores de su tiempo», subraya al hilo de una novela que cambia de voz a medida que pasan las décadas para presentarnos a la protagonista desde tres perspectivas diferentes en una aproximación «cada vez más íntima» al personaje.
De vuelta al presente, y mientras la extrema derecha cobra cada vez más fuerza y protagonismo en diferentes parlamentos europeos, Schlink reconoce que la situación política en Europa y Alemania le «entristece» profundamente. «Soy socialdemócrata, hace muchos años que soy militante del SPD, y me entristece ver cómo va perdiendo comba mientras se deja espacio para que suba la extrema derecha», reflexiona.