“Tenemos el presupuesto en cultura menos representativo de los últimos años»
¿Qué pasó con el presupuesto de cultura para este cuatrienio?
Como ordenadora del gasto, la administración municipal es quien antepone una serie de criterios para la toma de decisiones. Si bien el Covid-19 afecta el orden de prioridades y otorga relevancia a temas de salud y empleo, no se entiende por qué el presupuesto de cultura disminuyó y el del componente de seguridad aumentó en un 116% frente al presentado en el anteproyecto. Tenemos el presupuesto en arte, cultura, memoria y cultura ciudadana menos representativo de los últimos años. Varios concejales y miembros del sector cultural pedimos un aumento en la participación porcentual del presupuesto de Cultura.
¿Cree que la actual coyuntura influyó en la designación del presupuesto de cultura?
El presupuesto asignado al Componente de Cultura, Arte y Memoria no tuvo muchos cambios después de las modificaciones realizadas a causa del Covid-19. Mientras que en el anteproyecto se le asignaba a este componente alrededor de $328.000 millones, al proyecto final presentado ante el concejo se le asignó $329.000. La administración no podría decir que el bajo presupuesto asignado a este tema es producto del cambio de prioridades para atender la crisis.
¿Cuál es el porcentaje de cultura con respecto a la inversión total del Plan de Desarrollo y cómo se compara con años anteriores?
Este presupuesto representa sólo el 1.5% de participación en la inversión total en este cuatrienio, cuando en las últimas tres administraciones el presupuesto de cultura ha tenido una participación del 1.9% del total de la inversión proyectada en sus Planes de Desarrollo. También en las últimas tres administraciones, las inversiones totales en cultura han tenido una participación final cercana al 2.3% del total ejecutado.
Esto, sin contar, con la variación que supone la inflación anual. $329.000 millones no alcanza para lo mismo hoy, que lo que alcanzaba hace 4, 8 o 12 años. En parte por esto el presupuesto de las administraciones «crece» cada cuatro años; los gastos también. La inversión para cultura hoy no es histórica, como lo plantea la administración. Consideramos que deberían garantizarse por lo menos alrededor de $100.000 millones adicionales durante el cuatrienio.
¿Cómo se pensó la cultura en este Plan de Desarrollo? ¿Es un eje trasversal que podría beneficiarse con otro tipo de presupuestos, por ejemplo, el de ciencia y tecnología?
En el diseño de este Plan de Desarrollo no se pensó la Cultura de manera transversal. Por el contrario, ha tenido cambios en la ubicación dentro de las líneas estratégicas. En el Plan de Desarrollo de Medellín de hace 4 años, por ejemplo, Cultura Ciudadana era la línea trasversal.
Nos parece que los temas de cultura ciudadana, de arte y cultura, de educación y cultura, de arte urbano y de economías creativas quedó ubicado de manera correcta en el Plan de Desarrollo. Esto da cuenta de que los equipos técnicos de la Alcaldía están escuchando las recomendaciones de los concejales. Sin embargo, el presupuesto que se le está dando a la cultura en este Plan está muy lejos del ideal.
Efectivamente, uno podría sumarle a estos temas lo relacionado con ciencia, tecnología e innovación, pero aún así la asignación presupuestal se queda por debajo de los peores históricos.
Para una ciudad como Medellín, en la que el arte y la cultura han sido base de la transformación social y la construcción de paz, el presupuesto que se presenta en el PDM Medellín Futuro 2020-2023 es corto; especialmente cuando no están claras las estrategias que van en pro de proteger este sector, que será uno de los que más tardará en reponerse al COVID-19.
¿Qué les hace falta a las estrategias?
No son claros los proyectos que apoyarán a los artistas y espacios culturales de la ciudad como museos y teatros. A pesar de ahondar en las redes artísticas y en los programas propios de la Secretaría de Cultura, hace falta una destinación de recursos para las organizaciones sin ánimo de lucro que han recibido a diferentes actores culturales como gestores, creadores y el público general durante las últimas décadas. Ahora se hace urgente una administración innovadora que esté en la capacidad de articular el sector privado y público para crear un ecosistema idóneo para las artes y la cultura.
Si bien se conoce la gran derrama económica de varios de los sectores creativos de la ciudad como el audiovisual (la relación entre dinero invertido y capital generado se calcula en una proporción de uno a diez); el papel que ha jugado el arte urbano para resignificar territorios y consolidar el tejido social (un ejemplo de ello es el grafitour y la transformación de la comuna 13 alrededor del turismo cultural); y la internacionalización de diferentes artistas plásticos que son referentes a nivel mundial, en el PDM no se ve reflejado cómo la administración impulsará los diferentes sectores que componen la diversidad de las artes y la cultura en la ciudad.
Esto último se hace incluso más difícil de resolver cuando hace falta un diagnóstico más conciso respecto a las afectaciones que ha tenido el sector a raíz de la emergencia sanitaria, pues los eventos masivos, espacios culturales, muestras de arte, como el teatro y el cine, dependen en gran parte del público que asiste.
¿Cómo cree usted que puede utilizarse la cultura para enfrentar una situación como la que estamos viviendo?
La Cultura Ciudadana en tiempos de Covid-19 adquiere una mayor relevancia ya que diagnosticar, entender y cambiar los comportamientos ciudadanos será crucial para evitar el incremento exponencial de los contagiados. Deben realizarse todos los esfuerzos para obtener nuevas evidencias y tomar decisiones correctas y para que las personas adquieran nuevos hábitos y comportamientos que apliquen a su cotidianidad, como: mantener la distancia entre unos y otros, usar correctamente el tapabocas, lavarse constantemente las manos y evitar el contacto con el rostro y con los demás. La Cultura Ciudadana en un escenario pos-pandemia, será crucial.
Si bien este tipo de medidas parecieran sencillas, no lo son. Según un estudio de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Australia, las personas se tocan el rostro unas 23 veces por hora, esto es 2,6 veces por minuto. Adicionalmente, escenarios colectivos como el uso del transporte público masivo, constituirán uno de los grandes retos donde la implementación de estrategias de cultura ciudadana será imprescindible. Tener mejores diagnósticos para generar mejores intervenciones que tengan como objetivo cambiar los hábitos y comportamientos de las personas, resulta uno de los grandes desafíos de las nuevas administraciones públicas, sobre todo, en escenarios de pos-confinamiento.
Por otro lado, la primera propuesta de enmienda que le hago a la alcaldía para la línea de Valle del Software es que se cree el proyecto “Arte y cultura para la salud”. Con esto atendemos el llamado de la ONU para contrarrestar los efectos negativos del confinamiento, incorporando las artes como parte del sistema sanitario.
Dicho proyecto tendrá como objetivo llevar a cabo acciones como: desarrollar programas de arte comunitarios para mejorar la salud mental de toda la población; apoyar investigaciones en las artes y la salud, priorizando áreas como la escalabilidad a poblaciones más grandes, o estudios sobre los impactos de nuevos tipos de intervenciones artísticas; impulsar la incorporación de las artes en la promoción de hábitos de vida saludables; fortalecer la colaboración entre los sectores cultural, social y de salud, a través de programas cofinanciados por diferentes presupuestos.