¡Una noche en el museo! Especial 20 de Julio
¿Qué tal este plancito antes de una festivo? Se viene una noche en el museo «especial 20 de Julio» como siempre una noche para ConectArte con tu historia, conocer nuevas personas y hacer de visitar un museo una experiencia inolvidable.
UNA NOCHE EN EL MUSEO – Especial 20 de Julio
Centro Interactivo de Memoria Urbana – CIMU
Reserva de cupos: 605 3792949 Ext. 139 / Mensaje interno Instagram @cimubaq
Valor de entrada: $15.000 COP (Efectivo, débito y crédito).
Barranquilla esconde en varios de sus rincones algunos secretos que están ligados a la memoria urbanística. Ese es el mejor camino para descubrir la verdadera esencia de ‘La Arenosa’.
Como sacado de una película de ficción, aparece el Centro Interactivo de Memoria Urbana (Cimu), uno de esos rincones en los que cada mes se crea una experiencia al público para que cada espectador descubra los encantos de la capital atlanticense a través de la actividad denominada ‘Una Noche en el Museo’.
Juan Pablo Mestre, guía del museo, hace un recuento oral que invita a ejercitar la memoria. En este se recuerdan las ubicaciones que tenía el comercio en las viejas calles del centro y se hace mención de Juan Bernando Elbers, el hombre que inició con la navegación comercial en Colombia, un embeleso de nostalgia que remonta a los inicios de esta urbe.
Las paredes del edificio no solo recuerdan el empuje comercial y la navegabilidad del río, este también fue escenario de producciones audiovisuales como las lideradas por Ernesto McCausland y el espacio que ocupan grandes artistas como Esthercita Forero y Joe Arroyo.
Luego de caminar un par de metros más, se encuentra la entrada del Cimu que promete llevar a sus visitantes a emprender un viaje por la historia de la ciudad.
Barranquilla a través del tiempo
Siete salas interactivas y un lapso aproximado de cuarenta minutos, se requieren para dejarse atrapar por la magia del museo. A través de tres tiempos: pasado, presente y futuro, el Cimu cuenta la historia del desarrollo urbano de la capital atlanticense, vista desde la Aduana hacia Barranquilla y desde Barranquilla hacia la Aduana, porque se entiende que allí comenzó el progreso.
Recordando el pasado
En la Sala del Pasado se dan a conocer las dos versiones del mito fundacional de Barranquilla. La primera corresponde a la de las vacas que entraron por Galapa en busca del agua del río, y la segunda, narra los hallazgos de las fosas comunes y vasijas de barro, que presumen la presencia de comunidades indígenas. El suelo, con dibujos de esqueletos humanos “desenterrados”, contextualiza lo antes mencionado.
El recorrido continúa y en las paredes aparecen los textos en español e inglés sobre la ciudad que se abre al mundo. Los documentos registran que Barranquilla tiene al menos 40 hitos históricos que la hicieron merecedora del nombre ‘Puerta de Oro de Colombia’, y se muestran las imágenes y sonidos del barco a vapor, la locomotora Bolívar y las aeronaves.
Finalmente, el paso concluye con la historia de la primera aerolínea de América: La Sociedad Colombo-Alemana de Transportes Aéreos (Scadta). A su vez cuenta con fotos aéreas tomadas a la Barranquilla de 1939, que muestra la conformación urbanística de la época.
Inmersos en el presente
En este punto el presente se divide en tres momentos: Atlántico, Barranquilla y la Aduana. Se le ha llamado cultura sin aduanas, esto para intentar romper con el imaginario de lo que ha sido el edificio, que por muchos años tuvo un uso comercial, y desde hace 26 años es un centro cultural.
Durante las etapas que componen el presente, se proyectan tres videos, cada uno revela el desarrollo urbano y la gente de la ciudad, así como los espacios naturales que están en recuperación turística en el Departamento, además de la mirada de la Aduana como espacio en el que convive y se resguarda la cultura.
Una gran pantalla con auriculares reproduce una serie de relatos de educadores con distintas miradas sobre el antes y el después de La Aduana. Al terminar con los videos, aparece en la pantalla la imagen del imponente mural ‘Simbología de Barranquilla’, de Alejandro Obregón, que posee una dinámica especial, aquí todo aquel que desee, puede dejar volar la imaginación, tomar un marcador digital, escoger colores y pintar sobre este.
Diseñando el futuro
La sala del futuro alberga un universo de posibilidades. Aquí se muestra cómo será Barranquilla y el Atlántico. Todos los espacios de esta sala comunican, sus pisos con efectos de luces emulan una mirada por fuera del planeta. Una banca ubicada en el centro de la sala, bajo un techo colmado de luces pequeñas que emulan a las estrellas, invita a que los visitantes puedan sentarse a apreciar algunos de los videos de algunos de los proyectos de ciudad basados en las miradas de arquitectos y de la Alcaldía Distrital.
Otro de los atractivos del lugar es la zona de ‘La banda sonora del futuro’. Con una biblioteca de aproximadamente veinte sonidos de ciudades diferentes, la imaginación vuela para mezclarlos y crear una pista que reproduce la esencia de Barranquilla. Al final de la sala y antes de terminar el recorrido, hay unas tabletas puestas sobre la pared, con las que todos los que deseen pueden grabar su sueño, contar en menos de un minuto como se imaginan la Barranquilla y el Atlántico del futuro. Los sueños más curiosos son tomados por el Cimu y se convierten en renders para ser proyectados.