El Nobel, el Booker, el Premio Alfaguara o el Planeta: ¿qué representan?
Cuando se divulga el fallo del ganador del Nobel de Literatura, de repente, entre los miles de títulos que se albergan en las librerías, emergen esos, cuyas letras fueron escritas por ese nuevo ganador, a veces poco conocido, a quien la vida está por cambiarle un poco.
Sus títulos reciben ese lugar privilegiado que añoran los demás libros, alguna vitrina alta donde es más fácil que los ojos de los curiosos y los transeúntes se posen.
Ese es considerado como el más importante y codiciado del mundo. Quien lo gana recibe 9 millones de coronas suecas (más de 3.000 millones de pesos) y un reconocimiento instantáneo y global del que gozan pocos.
Aunque competiciones como esa hayan arrancado hace apenas un siglo, no son novedosas. “Desde la época dorada de la tragedia griega, ya se quejaban Esquilo, Sófocles y Eurípides de ciertos resultados en los que no salían favorecidos”, cuenta el editor y docente universitario, Felipe Restrepo. “Resulta fascinante no tanto la idea de la competencia, que parece connatural a la sobrevivencia –añade– como sí la de las categorías y valores a partir de los cuales decidimos quién es mejor que otro, qué obra merece más aplausos”.
Ese término molesto
Un premio está empapado de subjetividad. El Nobel, por ejemplo, lo entrega la Academia Sueca compuesta por 18 integrantes que son asesorados por un comité de 4 o 5 miembros. Ese grupo recibe las nominaciones y envía recomendaciones para que la Academia tome una decisión.
En otros casos son las editoriales las que abren sus reconocimientos (como el Alfaguara y el Planeta) y son ellas las que escogen al jurado. Ese hecho molesta a muchos y levanta suspicacias, abre discusiones sobre su legitimidad. “Se nos olvida que quienes deciden qué obra es mejor que otra son ‘otras personas’, es decir, subjetividades en pleno auge de sus ambigüedades y gustos”, apunta Restrepo. Si se llega a extremos, “entonces habría que tener un jurado que escoge al jurado que juzgará la mejor obra o autor: y entre el jurado del jurado del jurado se nos va la vida y las horas de lectura que nos quedan”.
Más allá de lo literario
Alfred Nobel dejó escrito que el galardón dedicado al trabajo literario fuera el “más destacado en una dirección ideal”.
Lo cierto es que puede haber infinidad de definiciones sobre qué es eso: la dirección ideal y, además, ¿frente a qué?
Para el docente de Litetatura de la Upb, Richard Abril, en los reconocimientos se cruzan muchos intereses antes de dar un veredicto. Se cruzan temas ideológicos, políticos, sociales y literarios, por supuesto.
Cita a Adorno y comenta que los nombres que salen de un galardón entran a hacer parte de la “industria cultural”. Dice: “De la misma manera en que la televisión o el internet plantean unos elementos de culto que hay que ver, contemplar y comprar, en ocasiones los premios se configuran como industria cultural que plantea qué es lo que hay que leer y cómo hay que ver el mundo”.
La libre escogencia
Por lo general, cuando se sabe quién es el nuevo Nobel, las librerías se disponen a pedirle a sus proveedores más títulos del autor y hay lectores que añaden a su lista de próximas lecturas al nuevo laureado.
“En ocasiones me ha parecido que las condecoraciones configuran un canon que le quita la posibilidad a los lectores de hacer algo que se supone que la literatura hace muy bien: formar criticidad en la autonomía”, opina Abril.
“Finalmente ponen en la mano del lector, con cierta obligatoriedad, la idea de que hay que leer un autor y que ese autor es extraordinario”, opina. Pero leyendo es como se puede pulir el criterio.
“A veces pienso que nos vendría mejor para nuestra salud literaria aceptar esa condición escurridiza de lo subjetivo de ellos, y que tantas veces obedecen a los caprichos e intereses de un jurado con buenas o sospechosas intenciones, y que, más que estables, son cambiantes y negociables –apunta Restrepo–. Dicho de otra manera: si un premio da a conocer un autor que nos gusta, o una obra que nos divierte o nos cambia la vida, ya justifica su existencia y al jurado mismo”.
Aquí algunos de los más recientes ganadores de diversos reconocimientos nacionales e internacionales. Habrá unos que le gusten y otros que no, porque además son una invitación más que imposición. Lea, juzgue y comparta, lo que hay son ideas para agarrar un libro y aventurarse en la literatura.
PREMIOS ALFAGUARA
2020 – Salvar el fuego de Guillermo Arriaga
En este texto, el escritor y guionista mexicano Guillermo Arriaga pone en contraste dos panoramas sociales muy comunes en su país natal y en Latinoamérica. El jurado destacó que es una novela “que narra con intensidad y con excepcional dinamismo una historia de violencia en el México contemporáneo”.
2019 – Mañana tendremos otros nombres de Patricio Pron
Esta obra del escritor español recorre la ruptura de Él y Ella, que bien podrían ser cualquier pareja en la actualidad. Ambos se enfrentan a la incertidumbre del fin de una relación, en una época en la que esa es, tan solo, una incertidumbre más que los rodea en la cotidianidad.
2018 – Una novela criminal de Jorge Volpi
En diciembre de 2005, una francesa y un mexicano fueron capturados por el secuestro de tres personas. Su detención fue televisada en México y fueron condenados a más de 50 años en la cárcel. Basado en hechos reales, el libro de Volpi vuelca la “versión oficial” para destapar un caso de corrupción policial.
PREMIOS PLANETA
2019 – Terra Alta de Javier Cercas
Este libro le plantea al lector interrogantes: ¿Es válido o no tomar justicia por cuenta propia? o ¿la venganza se justifica? Cercas se hizo estas preguntas en Terra Alta, un thriller en el que el investigador principal en el caso de un asesinato indaga lo que sucedió en el presente, pero sin soltar su pasado.
2018 – Yo, Julia de Santiago Posteguillo
Creada por el autor de la trilogía Africanus, esta novela histórica pone su foco en una mujer en Roma entre el círculo de poder masculino en 192 d.C. Se trata de Julia Domna, esposa del emperador Septimio Severo. El autor ya confirmó que esta entrega tendrá una secuela.
2017 – El fuego invisible de Javier Sierra
La búsqueda de un libro raro desata una serie de preguntas y descubrimientos a los que llegará David Salas, un profesor muy joven. España, su escenario, termina convirtiéndose en otro personaje más, tanto como el arte y la literatura. La novela de Sierra, está afincada en documentaciones históricas.
BOOKER PRIZE
2019 – Los Testamentos de Margaret Atwood
Esta entrega de la escritora canadiense remite al más popular de sus títulos: El Cuento de la Criada (1984). La autora se sitúa 15 años después de los eventos que narra en ese libro y retoma personajes que creó en su distopía. Tres perspectivas femeninas dan cuenta de sus ideales en la República de Gilead.
2018 – Girl, Woman, Other de Bernardine Evaristo
En 2019, el Booker Prize también fue para Bernardine Evaristo. Nació en el Reino Unido y este, su séptimo libro, gira en torno a 12 historias que, en su mayoría, son protagonizadas por mujeres negras. Relata sus vidas, sus amores, sus familias y su espacio en la sociedad.
2017 – Milkman de Anna Burns
La irlandesa Anna Burns ganó luego de pasar por situaciones económicas complejas como escritora. En Milkman mostró una faceta distinta de los conflictos sociales y políticos en Irlanda del Norte. Narró cómo la violencia rodeó juicios y chismes desde la perspectiva de una joven de 18 años.
PREMIO NOBEL
2019 – Peter Handke (por su obra completa)
Handke fue reconocido por su trabajo “influyente que con ingenio lingüístico ha explorado la periferia y la especificidad de la experiencia humana”, anotó la Academia. El austriaco, sin embargo, fue criticado por su apoyo a Serbia durante la guerra de los balcanes. Hubo protestas por su victoria.
2018 – Olga Tokarczuk (por su obra completa)
Tras un año de escándalos en la Academia Sueca, en 2018 el Nobel no se entregó. Tokarczuk, nacida en Polonia. Los errantes ganó el Man Booker en 2018 y el Nobel la reconoció por “su imaginación narrativa que con pasión enciclopédica representa el cruce de fronteras como forma de vida”.
2017 – Kazuo Ishiguro (por su obra completa)
Nació en Japón, pero creció en Reino Unido, donde se forjó como novelista y logró su consolidación con Los restos del día. La Academia Sueca elogió su trabajo: “en novelas de gran fuerza emocional, ha descubierto el abismo debajo de nuestro sentido de conexión ilusorio con el mundo”.
PREMIO NACIONAL DE NOVELA Y PREMIO NACIONAL DE POESÍA
2019 – De moscas y de ángeles de Rómulo Bustos Aguirre
Cada dos años el certamen reconoce lo mejor de la poesía. En este caso, fue a Rómulo Bustos, nacido en Bolívar, con una antología. “Constituye un recorrido por las fascinaciones y terrores que han ido construyéndome desde mi infancia”, declaró el poeta sobre los poemas en el libro.
2018 – Ver lo que veo de Roberto Burgos Cantor
En 2018, Min. Cultura reconoció una novela y se trató de Ver lo que veo. A través de monólogos, el escritor nacido en Cartagena se aproximó a narrar un pueblo de la costa, las percepciones de personajes de orígenes humildes y tanto su sencillez como su complejidad. Burgos falleció poco después.
2017 – El cuerpo y otra cosa de Darío Jaramillo Agudelo
Ese año también se celebró la poesía y el jurado exaltó El cuerpo y otra cosa porque “aborda eso que es siempre apenas decible sobre el cuerpo, el erotismo, el alma, la muerte, la herida existencial, para celebrarlo”. A la vez, destacó que los poemas “evidencian una madurez existencial y poética”.
PREMIO BIBLIOTECA DE NARRATIVA COLOMBIANA
2019 – Canciones para el incendio de Juan Gabriel Vásquez
Nueve cuentos conforman el libro del bogotano. A todos los atraviesan diferentes tipos de violencia y basados, de una u otra forma, en historias que realmente sucedieron. Vásquez competía contra Piedad Bonnett y William Ospina en esta edición del premio.
2018 – Cómo perderlo todo de Ricardo Silva Romero
El autor Ricardo Silva Romero se remitió a 2016 para construir esta novela. Fue ese año en el que el mundo parecía ponerse al revés. Miró de frente los hechos que sucedieron a nivel mundial y desde allí construyó una serie de historias de amor y desamor que reflejan la sociedad colombiana.
2017 – La Perra de Pilar Quintana
La maternidad, la violencia, la hostilidad, la culpa, lo imposible y la soledad, todos esos conceptos entran a jugar en la realidad de Damaris, protagonista de La perra. Esta historia de ficción escrita por Quintana se ubica en el Pacífico y revela la hostilidad que se esconde en lo hondo de cada personaje.
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Importante. Nos ubica en el entramado mundo de la literatura y en este caso, el de los premios.