La cultura es el sector peor parado de Galicia tras el coronavirus
No cabe duda de que no existen sectores económicos que no hayan sufrido recesión en Galicia a causa del coronavirus. Sin embargo, no a todos les ha afectado de la misma manera: el sector cultural ha sido el peor parado en la Comunidad. Según un estudio publicado por el Observatorio da Cultura Galega, el empleo en este ámbito se redujo un 5,5%, lo que suponen 2,3 puntos porcentuales más que en el cómputo laboral gallego en marzo.
Por supuesto, esta caída tiene muchos motivos detrás con raíces en el coronavirus. En total, fueron 667 empresas las que solicitaron un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) durante la pandemia, y en esas empresas hay 4.010 trabajadores. Esto significa que casi 3 de cada 10 personas que se dedican al sector cultural gallego dependía de una de estas empresas. En contrapartida, en el total de actividades económicas de Galicia, el porcentaje de afiliados a la Seguridad Social en una empresa con solicitud de ERTE fue de algo más de 2 de cada 10.
Debido a la poca expectativa de actividad, en el mes de abril solo se crearon dos empresas dedicadas a la cultura en la Comunidad, mientras que en febrero habían sido doce y en marzo, aún siendo el mes del inicio del confinamiento, 16. En mayo tuvo lugar un ligero aumento, creándose cinco. Para poner en perspectiva los datos, la reducción entre marzo y abril fue de un 87,5%, mientras que en el resto de sectores de un 72,1%.
En cuanto a afiliaciones a la Seguridad Social, más de lo mismo: en el sector de la cultura bajaron un 6,3%, mientras que en el total de actividades un 4,2%.
Con respecto al balance de importaciones y exportaciones, las cifras no iban a ser distintas: comparando enero y marzo, las importaciones de bienes culturales bajaron más de un 15%, mientras que las exportaciones casi un 40%. Además, el confinamiento coincidió con una temporada del año en la que muchas actividades económicas aumentan sus ventas. Algunas salas de conciertos, como la Capitol de Santiago, tenían programados hasta la tercera parte de espectáculos del año en estos meses y también en el sector editorial suele ser por estas fechas cuando el viento da en popa, según el Observatorio. En el caso de las librerías, a pesar de celebrarse en Santiago la primera Feria del Libro post coronavirus, la celebración no tiene punto de comparación con la de ediciones anteriores. Además, en estas fechas también acostumbra haber novedades editoriales, pero muchas, igual que ocurre con las discográficas, se han pospuesto.
Estas cifras solo son un pequeño reflejo de lo afectada que salió la cultura gallega de esta pandemia. Sin embargo, evidencian la fragilidad de un sector tan importante como es este, que sustenta tantos puestos de trabajo (3 de cada 100 empleados de Galicia se dedican al sector) y representa un 2% del PIB comunitario, según otro estudio del Observatorio. Además, dicha fragilidad no solo se debe a la gran temporalidad del sector o a la crisis per se, sino también al pequeño tamaño de las empresas. Concretamente, desde el Observatorio señalan que el 99,5% de las empresas son pymes, y que «más de la mitad de ellas no tiene asalariados, ya que son actividades de autoempleo».
Por ello, ante un cierre total de más de dos meses, el sector es mucho más vulnerable que el resto, que tienen en su interior más empresas y más grandes. Aparte, desde el Observatorio también señalan lo mucho que afectó la reacción en cadena del cierre de los establecimientos: al cerrar librerías, las editoriales no pueden presentar sus novedades, lo que también involucra en la cadena de pérdidas a los autores. Se tuvo que parar la producción audiovisual y los ensayos de teatro por no poder mantener las distancias, por lo que se retrasarán la vuelta a los escenarios y pantallas. En el ámbito musical, más de lo mismo: la mayoría de salas no pueden garantizar medidas de seguridad, y con las reducciones de aforo no son rentables. De esta forma, dejan de trabajar camareros, personal de la sala, artistas y técnicos.