El honor de ser un libro censurado en Estados Unidos

El mes pasado, el distrito escolar de Burbank (California) pidió a sus profesores que dejaran de utilizar cuatro libros en sus clases por considerarlos ofensivos. Entre ellos están dos clásicos de la literatura universal: «Matar a un ruiseñor», de Harper Lee, y «Las aventuras de Huckleberry Finn», de Mark Twain. La razón es que ambas obras utilizan un término denigratorio para la minoría negra –negrata-, que no es aceptable en ningún caso en el Estados Unidos contemporáneo. En plenas tensiones raciales en el país norteamericano -que ha estallado en protestas por los últimos episodios de abusos policiales contra los negross-, para algunos era inaceptable que los estudiantes vieran esa palabra escrita.

El distrito escolar tomaba  esa medida mientras decidía sobre su veto definitivo en el currículum académico, algo a lo que se opuso con vehemencia la Coalición Nacional contra la Censura: “En un momento en el que cientos de miles de estadounidenses están en las calles protestando contra la brutalidad policial, es más importante que nunca que los educadores enseñen con libros que ayuden a los estudiantes a entender el papel que la raza ha jugado en la historia de Estados Unidos y cómo sigue afectando a nuestra sociedad”, aseguró la organización en una carta.

«Matar a un ruiseñor» y «Las aventuras de Huckleberry Finn» sufren, desde hace años, el acoso y derribo de distritos escolares de todo el país, de Misisipi a Virginia. No es extraño, por tanto, que aparezcan en la lista de los cien libros más combatidos por la censura de la última década, que ha publicado la Asociación Americana de Bibliotecas (ALA, en sus siglas en inglés). El primero, en la posición 15 y el segundo, en la 33.

Huestes censoras

El listado muestra, sin embargo, que las huestes censoras no tienen que ver con ninguna ideología particular. Las exigencias para que los libros sean retirados de bibliotecas se argumentan con referencias sexuales, puntos de vista religiosos, asuntos raciales y de violencia policial o presencia de profanidad. En muchos casos, los ataques para sacar a las obras de los catálogos tienen que ver con que tratan temas del colectivo LGTB. “Muchos de los libros en el ranking reflejan una creciente tendencia en los últimos años a combatir libros de personas de color y de temática LGTB”, ha asegurado Deborah Caldwell-Stone, directora de la Oficina para la Libertad Intelectual de la ALA.

Entre los diez primeros libros de la lista, ocho trataron de ser vetados por tener contenido o personajes de la comunidad LGTB. Entre ellos aparecen éxitos editoriales como «George», la novela de Alex Gino sobre una niña transexual; la serie de novelas infantiles «Captain Underpants», que incluye a un personaje gay; o clásicos como «El color púrpura», de Alice Walker, que ganó el Pulitzer y el National Book Award en 1983 y en el que se narra una relación lesbiana.

Pero en el listado también aparecen como libros perseguidos la Biblia (52) y otros cuya presencia sorprende como «El diario de Anna Frank» (62) o iconos juveniles como «El guardián entre el centeno». También hay lugar para clásicos como «Beloved», de la premio Nobel Toni Morrison (45); «Lolita», de Vladimir Nabokov (73); «1984», de George Orwell (79); o «La naranja mecánica», de Anthony Burgess (80).

Ataques a los libros

La Oficina para la Libertad Intelectual de ALA define un «ataque censor» como “un queja formal y por escrito presentada ante una biblioteca o colegio en la que se pide que se eliminen materiales porque su contenido es inapropiado”. La organización celebra desde 1982 su Semana de los Libros Prohibidos, que consiste en una serie de actividades con el objetivo de dar visibilidad a la censura. Por las restricciones de la pandemia, este año se ha celebrado de forma virtual, aunque muchas de las bibliotecas que están abiertas en el país han instalado pequeños homenajes a estos libros. Desde 1990, la ALA documenta los ataques a libros, aunque cree que la mayoría de las objeciones y quejas formales -casi un 90%- quedan sin registrar.

El libro más perseguido en la última década, según este ranking, es «The Absolutely True Diary of a Part-Time Indian», una novela gráfica en primera persona de Sherman Alexie, que creció en una reserva de nativos americanos. “Hay gente que dice que es el mejor libro de la historia, y gente que dice que es el libro más pervertido de la historia”, aseguró en su día Shawn Tobin, responsable de un distrito escolar de Georgia. Desde su publicación en 2007, la sexualidad, la profanidad, los insultos contra homosexuales y contra personas con discapacidad, la violencia y la presencia del suicidio han motivado su cuestionamiento para el público joven.

También se incluyen en el ranking libros que han cobrado interés al ser adaptados a la televisión o al cine. Por ejemplo, «Los juegos del hambre», de Suzanne Collins (12); la serie de novelas «Gossip Girl», de Cecily von Ziegesar (56); o «El cuento de la criada», de Margaret Atwood (29). Esta última se ha mostrado satisfecha de que su obra no fuera siempre deseada por todos. El año pasado, la canadiense aseguró a la agencia AP que “si eres una escritora y todo el mundo te quiere o estás haciendo algo mal o no existes”.