Carmen Linares y María Pagés, Premio Princesa de Asturias de las Artes al flamenco «como arte universal»

Los Premios Princesa de Asturias de las Artes tenían una deuda con el flamenco y este año la han saldado por partida doble: dos mujeres, la cantaora Carmen Linares y la coreógrafa María Pagés, son las galardonadas de este año, según acaba de hacer público el jurado, por su labor a la hora de «modernizar y adaptar su esencia al mundo contemporáneo, elevándolo, aún más si cabe, a la categoría de arte universal».

«Hoy es un día grande para mi y para el arte flamenco con mayúsculas, que es a lo que he dado mi vida, a lo que más quiero y además me lo está devolviendo con creces», confiesa Linares, muy emocionada ante un premio que, admite, ha sido del todo inesperado. «Ha sido una sorpresa maravillosa. Me he acordado sobre todo de mi padre, que me ayudó tanto y ha sido tan positivo siempre con mi carrera… también de mi marido, que no estaba en casa porque había salido y me ha costado localizarle, qué nervios he pasado hasta encontrarle. Ha sido muy emocionante».

La artista jienense opina que el galardón para Pagés y ella es «una enorme noticia para el arte y la cultura flamenca, para que se reconozca su valía». «Dedicarme al flamenco ha sido muy importante para mí», explica al otro lado del teléfono, «yo he intentado llevar siempre el flamenco a la máxima categoría. He intentado cuidar ese arte y saber lo máximo, dar lo mejor de mí y sobre todo, vivirlo. Hemos luchado mucho las dos, María y yo, para ser merecedoras del privilegio que supone estar en el flamenco. Encontrarme con esta música, que para mi es de las mejores del mundo, ha sido la suerte de mi vida. También poderme dedicar a esta profesión y dar todo lo que llevo dentro».

El reconocimiento coincide con la gira con la que Carmen Pacheco Rodríguez (Linares, 1951) está celebrando sus 40 años de carrera, cuatro décadas dedicadas sin apenas respiro al cante que la han llevado desde los tablaos madrileños de Torres Bermejas y Café de Chinitas, donde empezó a cantar, hasta la cima de su profesión. Compañera de generación de artistas Paco de Lucía, Camarón, Enrique Morente, Pepe Habichuela y José Mercé, Linares está considerada como una leyenda del flamenco y ha paseado su arte por escenarios de todo el mundo, del Carnegie Hall de Nueva York a la Cité de la Musique de París. Aunque la gira de aniversario terminó oficialmente hace unos días en Sevilla, Linares cree que dará un par de conciertos más este 2022, fechas que tenía pendientes que fueron pospuestas por la pandemia.

María Pagés. | FOTO: José Aymá

Lo mejor ha sido que el flamenco, una música popular, se ha elevado a la categoría de arte«, reflexionaba hace unos meses al hacer balance de una vida entera sobre el escenario. Maestra y referente para toda una generación de artistas como Estrella Morente o Miguel Poveda, fue Premio Nacional de Música en 2001 y Premio a toda una vida de la Academia de Música en 2011.

«El flamenco es una de las mejores músicas del mundo, se lo merece absolutamente todo«, reflexionaba la cantaora por la mañana poco después de conocer el veredicto del Premio Princesa de Asturias de las Artes, doblemente contenta por compartir el galardón con Pagés, una gran amiga a la que conoció hace décadas en el ballet de Antonio Gades. «Trabajamos juntas por primera vez en un espectáculo que se llamaba Mirando desde la Alhambra, y desde entonces hemos seguido en contacto, siempre juntas. Nos conocemos mucho, hemos hablado esta mañana, ¡tenemos que celebrarlo! Somos amigas, tenemos una relación muy bonita, de artistas pero sobre todo a nivel humano. Me entiendo muy bien con María y valoro mucho todo lo que está haciendo por la danza. Ahí, en eso, estamos unidas. Me ha dado muchísima alegría que le dieran el premio a ella».

Sobre el reconocimiento del flamenco, Linares cree que el género lleva décadas acumulando prestigio internacional. «Los artistas flamencos trabajamos muchísimo en el extranjero. Creo que el premio puede dar un toque de atención para que se sepa aquí lo importante que es», apunta. Entre puristas y renovadores, la cantaora se decanta por la armonía. «Las dos maneras de vivir el flamenco son necesarias y tienen que convivir en un equilibrio. Un artista tiene que evolucionar con su tiempo. Lógicamente hay que tener una base importante y beber de esa fuente, pero luego como artista tienes que desarrollarlo a tu forma», opina.

El flamenco como arte tampoco se entiende sin la exhaustiva contribución de la bailaora María Pagés (Sevilla, 1963), que empezó a bailar a los cuatro años y ha sido una de las grandes coreógrafas del flamenco a nivel internacional. Premio Nacional de Danza en 2002 y Medalla de Oro en 2014, Pagés comenzó su carrera profesional con la compañía de Antonio Gades y ha tenido una fructífera relación con el cine, donde participó en la famosa trilogía de Carlos Saura formada por Carmen, El Amor Brujo y Flamenco. En 1990 creó su propia compañía con la que giró por todo el mundo, actuando en el Radio City Music Hall de Nueva York, el Entertainment Center de Sidney o el Apolo de Londres.

Tras 30 años recorriendo el mundo con su compañía, Pagés dirige ahora con su marido, el hispanista marroquí El Arbi El Harti, el Centro Coreográfico de Fuenlabrada, que inauguró en 2019. Siempre ha sido una gran defensora del flamenco como arte, pese a la resistencia que sigue existiendo en ciertos sectores de la sociedad a considerarlo como tal. «Es una lucha que todos los flamencos llevamos», confesaba en esta entrevista, donde reflexionaba sobre la capacidad de transformación del flamenco, «de influir y dejarse influir… Tiene esa facultad hospitalaria; me encanta esa idea de que acoja«. «Es un arte enormemente rico que empieza en los lugares más marginales de una sociedad, pero luego pasa a los grandes escenarios».

El jurado de los Premios Príncipe de Asturias ha destacado que tanto en Linares como en Pagés «converge el espíritu de varias generaciones que, desde el respeto por la tradición y la hondura de las raíces del flamenco» , han llevado el flamenco a una dimensión universal. «Con su labor, ambas han abierto caminos de repercusión no solo artística sino también social y se han convertido en ejemplo de trabajo, talento y dedicación para futuras generaciones».

El jurado, presidido por Ricardo Martí Fluxá, está integrado por Claude Bussac, José María Cano de Andrés, Dionisio González Romero, Antonio Lucas Herrero, Joan Matabosch Grifoll, Carlos Mena Ostériz, Helena Pimenta Hernández, José María Pou Serra, Sandra Rotondo Urcola, Benedetta Tagliabue, Carlos Urroz Arancibia, Tadanori Yamaguchi y Catalina Luca de Tena y García-Conde, marquesa del Valle de Tena (secretaria del jurado). Cada Premio Princesa de Asturias está dotado con una escultura de Joan Miró y cincuenta mil euros.

FUENTE: EL MUNDO