Sotheby’s vende por 50 millones de euros un retrato de Francis Bacon

Dos técnicos muestran el ‘Estudio para retrato de Lucian Freud’, de Francis Bacon, que se ha subastado hoy en Londres. | TOBY MELVILLE (REUTERS)

Si no fuera una característica tan reconocible en los retratos de Francis Bacon (Dublín, 1909-1992), esos rostros distorsionados como amasijos de carne viva, podría pensarse que el pintor destilaba un odio anticipado en la imagen que esbozó de su amigo, y también artista, Lucien Freud (Berlín, 1922-2011). La galería Sotheby´s de Londres ha vendido este miércoles por 43 millones de libras (50 millones de euros), la mayor puja realizada en el mercado del arte londinense en la última década, el Estudio Para Un Retrato de Lucien Freud. El precio después del martillazo fue de 37,5 millones de libras (43,5millones de euros), a lo que hay que sumar las comisiones.

La sala de Sotheby’s, en Londres, estaba abarrotada. Champán, cócteles, y el ambiente de asistir a la subasta más importante después de la pandemia. “La estrella de esta puja, y una verdadera obra maestra”, anunciaba el director de la subasta. Compradores de México, Argentina, Dubái o Hong Kong participaban por teléfono, desde la distancia. El precio de inicio, 32 millones de libras, era lo suficientemente alto como para que no hubiera la tensión que ha habido con otras obras de arte, igual de codiciadas pero relativamente más asequibles.

Bacon se inspiró en una fotografía de quien fue su gran amigo durante cuarenta años, tomada por John Deakin. En blanco y negro, Freud aparece sentado en una cama con, camisa blanca y los brazos extendidos. Bacon le pintó en 1964 ―uno de los muchos retratos que hizo de él― con la camisa abierta, el pecho al descubierto, los puños en tensión sobre un banco verde, y la parte inferior de su cara como una papilla de músculos, venas y nervios. Formaba parte de un tríptico, un modo de trabajar muy propio de Bacon, que veía cualquier motivo artístico como parte de una larga serie.

Después de ser exhibido en Hamburgo, Estocolmo y, finalmente, Dublín, el autor permitió que las tres pinturas se vendieran por separado. La subastada en Sotheby’s, ―dos metros por 1,5 metros, aproximadamente― pertenecía hasta ahora a un “un coleccionista privado europeo” cuya identidad permanece en el anonimato. La obra llevaba más de medio siglo sin ser expuesta al público. Bacon y Freud, los dos pintores figurativos que revolucionaron el arte británico posterior a la Segunda Guerra Mundial, se admiraron mutuamente durante décadas, se pintaron el uno al otro constantemente, y absorbieron el uno del otro un estilo desgarrador y carnal que marcó una senda propia en el mundo de la pintura contemporánea.

Además de estar todo el día juntos. Desayunar, comer, cenar y beber juntos en el Soho londinense. Y beber juntos. Y gastarse todo su dinero en una ludopatía compartida. Muchos de sus amigos llegaron a la conclusión de que eran amantes, pero fue más bien la pasión artística la que vinculó de un modo sensual a los dos hombres. Si Bacon fue expulsado por su padre de un aristocrático hogar después de descubrirle mientras se probaba las ropas de su madre, y nunca ocultó su homosexualidad, Freud, padre declarado de 14 hijos ―y progenitor de al menos 40, según la leyenda― era un irreductible seductor de mujeres. “He cenado con Bacon prácticamente cada noche durante mi matrimonio con Lucien”, contó Lady Caroline Blackwood, la segunda esposa de Freud. “También comíamos juntos”. El matrimonio duró cuatro años.

A finales de los ochenta, la amistad de los dos hombres derivó en una agria rivalidad espoleada por los celos artísticos y la competición por la fama y el prestigio. Como Constable y Turner, sus constantes pullas y críticas no hacían más que revelar la admiración mutua latente, y la necesidad mutilada de seguir creciendo ambos a costa del otro. La puja, British Art: The Jubilee Auction (Arte Británico: la Subasta del Jubileo) ha logrado recaudar más 240 millones de euros, con un lote centrado en los artistas más prominentes del Reino Unido de los últimos siglos. Desde el Estudio de Nubes de John Constable, a la Vista de Londres y el Río Támesis desde Vauxhall, de J.M.W. Turner, pasando por el lienzo Durmiendo, del fundador de la Hermandad Pre-Rafaelita, John Everett Millais.

 

FUENTE: EL PAÍS