La editorial de Agatha Christie reescribe algunos de sus libros para adaptarlos a “las nuevas sensibilidades”

Las novelas de Agatha Christie están siendo reescritas por su editorial, HarperCollins, para adaptarlas a las “sensibilidades modernas”, reveló este domingo el diario británico The Telegraph. Las referencias étnicas, insultos y lo que pudiera considerarse como lenguaje ofensivo se eliminará de los libros que recogen los misterios del inspector Hércules Poirot y Miss Marple. De esta manera, la obra de la escritora de misterio pasará por un tamiz similar al que ya se han sometido los libros de Roald Dahl o a las aventuras de James Bond escritas por Ian Fleming.

Por el momento, se ha dado a conocer que se han eliminado o reescrito pasajes enteros de los libros protagonizados por Poirot y Miss Marple, obras escritas entre los años veinte y setenta del siglo pasado. El objetivo, según recoge The Telegraph, es despojarlos del lenguaje o las descripciones que “los lectores más modernos pudieran considerar ofensivos”. Para ello, se ha creado una comisión de “lectores sensibles” que han analizado las obras lanzadas a partir de 2020 y aquellas que vayan a ser publicadas.

Esta comisión ha decidido eliminar referencias étnicas como por ejemplo la descripción de personajes como negros, judíos o gitanos. Tampoco se volverá a comparar el torso de una mujer con “el mármol negro”, ni se podrá decir que un juez tiene “el temperamento de un indio”. Desaparecen también términos como “oriental” y la palabra “negrata”. A los nativos a partir de ahora se les llamará locales. Monólogos enteros de Marple y Poirot han sido modificados. Entre las obras que han sido transformadas, The Telegraph destaca Muerte en el Nilo, de 1937, en la que el personaje de Mrs. Allerton se queja de un grupo de niños que la están molestando, diciendo: “Vuelven y miran, y miran, y sus ojos son simplemente repugnantes, y también sus narices, y no creo que realmente me gusten los niños”. Ahora se puede leer: “Vuelven y me miran y me miran. No creo que me gusten los niños”. En el caso de Misterio en el Caribe, de 1964, Miss Marple ya no describe a uno de los trabajadores del hotel como “un hombre con bonitos dientes blancos”.

HarperCollins, según The Telegraph, ha creado nuevas ediciones de todas las aventuras de Miss Marple, así como de una selección novelas de Poirot. En 2020, en Francia y en España se modificó el título de su libro Diez negritos. En el país galo el libro se llama Ils étaient 10 (Eran 10) y, en España, la nueva versión se titula Y no quedó ninguno. “Y no se trata solo de un cambio de título, es toda una traducción revisada en el interior. Hemos tenido que adaptar el contenido del libro al cambio de título: la isla del Negro se convierte, como en la edición estadounidense, la isla del Soldado”, explicó entonces Beatrice Duval, directora general de Livre du Poche que, al igual que la editorial Le Masque, publica las obras de Christie en Francia. Esta última precisó en un comunicado que la decisión no fue suya sino de la familia de Christie y que ellos se han limitado a “alinearse con las ediciones inglesa, estadounidense y todas las otras traducciones internacionales”.

Los cambios en los textos originales de Roald Dahl realizados por su editorial y el organismo que gestiona su legado en pos de un mensaje más inclusivo desataron una gran indignación global el pasado febrero que ahora con esta decisión reviven. Entonces hubo quejas de escritores como Salman Rushdie: “Roald Dahl no era ningún ángel, pero esto es una censura absurda”. O de miles de lectores, en redes sociales o columnas de opinión. O las palabras del mismísimo primer ministro británico Rishi Sunak, a través de un portavoz: “Es importante que las obras literarias y de ficción se conserven y no se retoquen”. Las modificaciones se cuentan por cientos, la mayoría relacionadas con asuntos como el peso, el género, la salud mental, la violencia o la raza, con el objetivo de ser respetuosos con todas las sensibilidades, y afectan a las novelas más célebres del autor, de Matilda a Charlie y la fábrica de chocolate, pasando por Las brujas. El escritor, como le sucede a Agatha Christie, no puede opinar sobre el asunto, porque ambos están muertos. La compañía Agatha Christie Limited, dirigida por el bisnieto de la autora James Prichard, gestiona los derechos de sus obras para literatura y cine y por el momento no se ha pronunciado.

 

FUENTE: EL PAÍS

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