Muere a los 75 años Adam Zagajewski, uno de los grandes poetas europeos

Adam Zagajewski, el prestigioso poeta y novelista polaco, premio Princesa de Asturias de las Letras 2017, falleció a los 75 años de este pasado domingo cuando la tarde ya encarrilaba su fin.

Zagajewski era uno de los autores más interesantes y respetados de la literatura polaca contemporánea. Hijo de Europa, testigo de un siglo XX lleno de horror y desarraigo, era un buscador de belleza en un continente devastado. Sus poemas luminosos y penetrantes están imbuidos de un profundo compromiso con la historia, el arte y la vida.

Poeta, novelista, ensayista y traductor, era un hombre de gestos pausados y voz tranquila, bajo los cuales, sin embargo, corría un río de firmes convicciones. El jurado que le premió con el Princesa de Asturias destacó entonces que su obra «confirma el sentido ético de la literatura».

Nacido en Lwów, actual Ucrania, el 21 de junio de 1945, pronto su familia se trasladó a la ciudad de Silesia (Polonia), donde se crió. En 1963 se instaló a Cracovia, en cuya universidad estudió Filosofía y Psicología. En la década de 1970 se unió al grupo de disidentes polacos ‘Teraz’ y dos años después publicó su primer poemario, ‘Komunikat’ (Comunicado), al que siguió la novela ‘Cieplo zimno’ (Caliente y frío, 1975).

Junto con su compatriota Julian Kornhauser escribió el manifiesto ‘Swiat nieprzedstawiony’ (‘Un mundo no representado’, 1974). Es la época en la que Zagajewski publicaba sus ideas en la revista clandestina ‘Zapis’, uno de los principales medios de la oposición democrática polaca. De hecho, en 1975 publicó un poemario con un claro mensaje político, ‘Sklepy miesne’ (Carnicerías) y en los años posteriores sufrió la censura de la Polonia comunista.

Ideología y poesía

En una entrevista concedida a ABC en 2017 reconocía: «En la época comunista, tuve experiencia con la censura real y esa no es la situación que tenemos, por suerte, en la actualidad en Polonia. En la época comunista teníamos una especie de censura preventiva, no se permitía la publicación de cierto tipo de literatura». En este sentido, Zagajewski fue el principal representante de la ‘generación del 68’, formada por autores políticamente comprometidos y creó dos de los lemas de este grupo: ‘Powiedz prawde’ (Di la verdad) y ‘Mow wprost’ (Habla claro).

En 1982 se trasladó a París, donde publicó, al año siguiente, la novela ‘Cienka kreska’ (Trazo) y el ensayo ‘List. Oda do wielosci’ (Letra. Oda a la pluralidad 1983). Poco después llegó a las librerías su ensayo ‘Solidarnosc i samotnosc’ (Solidaridad y soledad), en el que Zagajewski expuso sus tesis sobre el compromiso político de los escritores. En 1988 se instaló en Estados Unidos, donde ejerció como profesor en la Universidad de Houston (Texas). En su siguiente libro de poemas, ‘Plótno’ (1990) , se observa su evolución hacia la contemplación poética, cercana al misticismo, ya lejos de su inicial poesía combativa.

«Hay que distinguir entre ideología y filosofía. Cada escritor, cada poeta, tiene su propia filosofía, pero los poetas no son ideólogos. La poesía se opone a la ideología. De joven, combatí la ideología con mi poesía, ese fue el inicio de mi camino como poeta, pero me aburrí muy pronto de esa actitud. Ahora combato la ideología con artículos, ensayos, pero no con la poesía. La literatura no necesita ideología porque es la defensa de la humanidad. La ideología limita la libertad y, por tanto, va en contra de lo humano y de la poesía», aseguraba a este respecto a ABC en la mencionada entrevista.

Desde 2002 vivió en Cracovia (Polonia), aunque viajaba con frecuencia a Estados Unidos, donde daba clases en la Universidad de Chicago. Autor de poemas como «Celebrar el mundo aunque esté mutilado», se sitúa dentro del «pequeño grupo poético que, sin cerrar los ojos a las tragedias, también quiere de alguna manera festejar la vida».

De su producción poética cabe destacar ‘Ir a Lvov’ (1985), ‘Lienzo’ (1990), ‘Tierra del fuego’ (1994), ‘Deseo’ (1997), ‘Anhelo’ (1999), ‘Regreso’ (2003), ‘Antenas’ (2005) y ‘Mano invisible’ (2009). Entre sus libros de ensayo se encuentran ‘Solidaridad y soledad’ (1982), ‘Dos ciudades’ (1995) y ‘En defensa del fervor’ (2002). En 2017, su editorial en España, Acantilado, publicó en nuestro país el ensayo ‘Releer a Rilke’.

Además del princesa de Asturias, a lo largo de su extensa trayectoria, su obra ha merecido premios como el Kurt Tucholsky (1985), el PEN Club de Francia (1987), el Vilenica (1996), el Tranströmer (2000), el que concede la Fundación Literaria Konrad Adenauer (2002) y el Neustadt (2003).

 

FUENTE: ABC.es